La educación como actividad personal: el docente como persona.

Debemos entender que nuestra labor docente más que importante es vital; en donde la relación humana es el eje principal. Nuestros alumnos deben asistir al colegio con entusiasmo y alegría, sabiendo que allí encontrarán a su maestro(a) que los guiará y orientará en sus aciertos y desaciertos.

Si bien es cierto generalmente estamos avocados a desempeñar nuestra labor diaria, debemos hacer un alto en este afán para observarnos y definir como somos como persona; que irradiamos frente a nuestros alumnos; realmente estamos logrando con ellos los objetivos que tenemos, es que acaso mi vida personal, mis emociones, mi estado mental, están influyendo y determinando mi práctica docente. En muchas ocasiones buscamos las mejores estrategias, recursos e instrumentos que permitan lograr los aprendizajes esperados; sin darnos cuenta que el Instrumento más importante es nuestra propia persona.

Realizar la labor docente implica sacrificio personal; es vital conocer a los alumnos que están a nuestro cargo para poderlos orientar, ayudarlos a auto conocerse y adquirir actitudes positivas que le van ayudar a desenvolverse en la vida. Los docentes, para lograr este cometido, en primer lugar, debemos conocernos como personas, con nuestras limitaciones, defectos y nuestras virtudes para poder manejar nuestras actitudes y reacciones que muchas veces se dan de manera impredecible que logran afectar a nuestros alumnos y muchas veces hasta marcarlos para siempre en algún aspecto de su vida.

La formación de los alumnos depende de la identificación con la carrera; en muchas oportunidades somos testigos mudos de hechos y comentarios que nos dan a conocer que hay docentes que hacen daño a los alumnos con esa postura que toman sobre esta labor tan importante; se deduce claramente que no eligieron la carrera por vocación y como ocurre en la mayoría de los casos realizan esta labor de manera mecánica, sin involucrarse realmente en lo que significa trabajar con seres humanos que esperan mucho de nosotros y sobre todo que su formación como persona está en nuestra manos.

En la otra cara de la moneda es grato encontrarse en el camino de la vida con personas que alguna vez fueron tus alumnos (as); oír tu nombre y un saludo cariñoso y amable te reconforta el alma y te da mas fuerzas para seguir adelante, ya que nuestra labor no está concluida. A veces de quién pensabas ya te habían olvidado tú los habías olvidado, te vienen a la mente los recuerdos de momentos vividos en el aula, acontecimientos gratos y no gratos; te hacen pensar que como dice el texto somos protagonistas constante en la vida de una persona. Es por eso que debemos tomar conciencia de la influencia de nuestra personalidad en el proceso educativo y realizar acciones que nos permita que nuestra labor educativa sea más eficiente.

Las actitudes del maestro son importantes en el proceso enseñanza-aprendizaje pues son determinantes en las actitudes que van a tomar los alumnos y muchas veces repercuten en su vida futura. Los alumnos diferencian entre los docentes que les enseñan de manera mecánica y aquellos que están identificados con los conocimientos que imparten. Cuántas veces escuchamos comentarios de nuestros alumnos que nos enmarcan en uno y otro lado. Hoy en día no se trata de que los alumnos aprendan de memoria, sino crearle actitudes de compromiso con lo aprendido y que le sirva para la vida. Depende de nosotros como docentes mejorar el efecto de nuestras actitudes en el proceso formativo. Los principios planteados por el autor deben servirnos para encausar nuestra labor educativa; que nuestro cúmulo de experiencias nos sirva para complementar nuestro trabajo con la nueva propuesta educativa ; que no implica que los alumnos solo adquieran información , sino que desarrollen habilidades y competencias específicas, inyectarles valores y actitudes que serán determinantes en sus vida futura. Nuestra relación con los alumnos debe ser natural, para lograr un mejor lazo comunicativo y podamos trabajar con mejores resultados en el aspecto académico y personal. En mi labor educativa he comprobado cuán importante es entablar una relación mas que profesor-alumno; amical para poder lograr una mejor interacción y con ello mejores resultados.

Las emociones de todo ser humano influyen de manera determinante en el comportamiento y motivan una respuesta en el entorno. No se puede desligar la escuela del plano emocional; en todo momento manifestamos una serie de emociones ya sea en la mímica, gestos, lenguaje verbal y no verbal y motivan los aprendizajes.

Haciendo una autocrítica, en ocasiones mostramos mayor disposición para trabajar con un grupo que con otro por diferentes circunstancias; a veces nos dejamos llevar por nuestras emociones sin darnos cuenta que todos los alumnos nos necesitan.

Los docentes no debemos ir a los extremos ni ser muy transparentes con los alumnos, pero tampoco cerrarles las puertas al diálogo amical; debemos considerar que toda actitud del docente tiene una respuesta emocional que contribuye a su formación. Se debe optar una posición neutral para ello debemos conocernos bien; reflexionar constantemente, ya que nos debemos a nuestros alumnos y ellos requieren una atención en el plano social y personal. Nuestra tarea es tener en claro y saber manejar propias emociones para poder conducir acertadamente a nuestros pupilos.

Nuestra salud mental juega un rol muy importante en nuestro quehacer diario, observamos diversos casos que por motivos burocráticos, no son solucionados a tiempo por lo cuál el más perjudicado es el alumno. Claro está que como en otras profesiones en la cuál se interactúa con personas de toda índole, la salud mental del docente está en riesgo. El docente recibe exigencias de todo tipo ya sea de orden social, familiar, etc. que a veces le es difícil manejar si no maneja su propia persona lo conlleva a que muchas veces sienta que ya no puede continuar. Muchos nos sentimos o estamos bajo mucha presión emocional ya sea por la carga familiar, exceso de trabajo, problemas personales y sobre todo el compromiso de brindar una buena formación a nuestros alumnos; todo esto nos conduce a un estrés. No sé si todo maestro sienta así pero a pesar de todas las adversidades nos volvemos a levantar como el ave fénix y continuamos en nuestra labor formativa. Debido al agotamiento emocional se presentan muchas respuestas emocionales de índole negativo; se observa docentes con desgano, que solo ingresan a las aulas por cumplir su horario de trabajo pero no logran realizar un trabajo consciente con los alumnos.

Debemos tomar en cuenta y ponernos a trabajar en las acciones que nos ayudarán a evitar el desgaste emocional para realizar una buena labor y además continuar con nuestros proyectos de vida.

Para realizar nuestra o labor educativa siempre buscamos una serie de instrumentos que ayuden a mejorar los logros de los aprendizajes, y no nos damos cuenta que el instrumento más importante somos nosotros mismos y debemos ocuparnos de que nuestra persona esté física y mentalmente en buenas condiciones y poder dar un buen servicio en la enseñanza de nuestros alumnos. Para logra cumplir nuestras funciones debemos conocernos a nosotros mismos; toda persona y aun mas un maestro debe saber manejar sus emociones y sentimientos porque influyen en los alumnos ya sea de manera positiva o negativa. En ocasiones quién no ha perdido la paciencia con los alumnos o en otros casos se corrigió sin escuchar explicaciones o actuó tajantemente sin conocer el problema familiar del alumno,…se podría seguir enumerando una serie de acciones que se dan en nuestro diario convivir con los alumnos y que nuestro actuar marcan su personalidad.

Las recomendaciones planteadas son muy saludables porque nos ayudaran a tratar los problemas de los alumnos objetivamente y neutralmente sin ocasionar reacciones adversas a las que deben ser. Tomar mas atención e interés a los alumnos para entender la magnitud de sus problemas; pero para lograrlo debemos entender que lo más importante y fundamental es que el maestro se conozca así mismo en todas sus dimensiones, solo así podrá conocer y ayudar a los demás.