La historia de BookLove y Pupilindo - Capítulo 1
Empiezo a narrar esta historia con la esperanza que, si alguien la lee, comprenda que los problemas de la vida pueden ser superados si realmente uno lo desea. Yo los trato de superar día a día desde muy pequeña, así que los demás también lo podrán hacer. ¡Bendiciones!
A Gloria, mi mamá
a Armando y Josué, mis hermanos
y a Wilmer, mi esposo.
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Capítulo 1: Pupilindo
Una mañana de verano, Naty buscaba entre sus cosas aquel
peluche que la abuela BookLove le había regalado a principios de la primavera.
Quería llevarlo dentro de la mochila de viaje y enseñárselo a la abuela, con la
intención de que sepa que aún lo sigue conservando.
-
El problema es que no lo encuentro por ningún
lado, mamá – dijo la niña en medio del desorden de su habitación buscando el
dichoso peluche.
-
Definitivamente, Naty, le deberás una
explicación a la abuela si no lo encuentras – contestó la madre, mientras
escondía una sonrisa.
-
Gracias por el apoyo moral, Má’
-
No hay de qué…
Y, dentro de su habitación, se pasó toda la mañana buscando
al adorable “Pupilindo” en el armario, en los cajones del escritorio, en el
baúl de juguetes, debajo de la cama, en los estantes de libros…
-
Juro que, cuando te encuentre, te pondré un
GPS…, así no te volveré a perder…
Hasta que…
-
¡Bingo!
Mamá, que estaba en la cocina, casi se corta el dedo (estaba
cocinando) cuando su hija gritó, victoriosa, que había encontrado su querido
peluche.
-
¡Mamá…! -
gritaba alegre la niña – encontré a “Pupilindo”
-
¿Dónde estaba? – preguntó la madre entre
sonrisas.
-
En mi cajón de recuerdos – respondió – es que lo
puse allí por que quería recordarlo por siempre… pero parece que el efecto no
funcionó…
-
Un cajón de recuerdos de la cual no recuerdas…
eso tiene gracia…
-
¡Mamá!
-
Perdón, hija, perdón…
Pupilindo era un osito de pelaje blanco, ojos de botones
negros, un listos rojo en el cuello (para que no lo “ojeen” decía la abuelita)
y una nariz pequeñita de color escarlata. Naty amaba ese peluche desde que lo
vio, en la habitación de su abuela, hace algunos años. Lo curioso de todo ello
es que la abuela decidió desprenderse de su preciado peluche para dárselo a su
nieta, ya que el pequeño Manuel no jugaría con peluchitos…
-
¿Es cierto, Ma’, que Manuel irá también a la
casa de la abuelita BookLove?
-
Sí, tu tio Roger y tu tia Maribel iran con
Manuel a la casa de la abuelita.
-
Cuando se entere ese Chuky que me regalaron el
peluchito adorado de la abuelita, va a querer también un regalo, je je…
Naty miraba con deleite el peluche y sabía que se aproximaba
el momento para escuchar la historia de “Pupilindo” en la vida de la abuelita
BookLove, por eso quería llevarlo al viaje: la abuela tenía que reencontrarse
con “Pupilindo” y contar la historia de ambos.
-
Solo te pido una cosa, hija- dijo la madre – no
presiones a la abuela a que cuenta la historia, si decide ya no contarla,
entonces estará bien. ¿Ok?
-
Si mamá – respondió Naty un poco aburrida – como
le quitas la emoción al asunto.
-
Es que, aun no estoy de acuerdo con que te
cuente esa historia…
-
¿Acaso es muy triste?
-
Pues…, en algo, sí, pero… solo te pido que no
presiones a tu abuela, ¿entendiste?
-
Esta bien…
“Entonces la historia realmente es interesante”
pensó la niña “no puedo pasar a la pubertad sin saber la historia…, tengo que saberlo a como de
lugar.”
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