Investigaciones sobre la lectoescritura

MARCO TEÓRICO

ANTECEDENTES

La lectura y escritura son procesos fundamentales para el desarrollo armónico del individuo, y la consolidación de futuros aprendizajes, pues mediante el uso comprensivo de la información impresa, el niño puede acceder al conocimiento. Por esta razón, son objeto de diversas investigaciones que intentan explicar cómo se aprende a leer y escribir y qué hacer para ayudar a los niños a aproximarse a la lengua escrita.

En concordancia con los objetivos de esta investigación, se mencionan algunos estudios que sugieren metodologías para la enseñanza de la lectura y escritura.

Contreras (1991), propone un programa de actualización para docentes de primer grado, con el objeto de incorporar a los maestros, en el conocimiento sobre las teorías y metodologías empleadas para la enseñanza de la lectura y escritura. El estudio en referencia, es definido por el autor como un proyecto factible que puede contribuir a resolver una necesidad de los educadores del primer grado, en relación con su rol como facilitadores del aprendizaje de sus estudiantes.

Por otra parte, Pacheco (1992) sobre la base de su experiencia en el Colegio María Montessori de la ciudad de San Cristóbal, con niños de primer grado de Educación Básica, propone una metodología para la enseñanza de la lecto – escritura, fundamentada en el enfoque psicolingüistico, que proporcione al niño situaciones de aprendizaje efectivas, incorporando la experiencia previa de estos, y a partir de allí, propiciar la comprensión de la lectura. La autora comprobó mediante su estudio, que los niños aprenden y comprenden el mensaje escrito, cuando el docente les coloca en
situaciones de aprendizaje que les permita descubrir por si mismos; en consecuencia,
la lecto - escritura se convierte en una oportunidad para construir su propio conocimiento del mundo y establecer interrelación con sus semejantes, a través de la comunicación.

Serrano de Moreno (1992), realizó un estudio en la Cátedra de Lectoescritura I y II, cursada por docentes en servicio, que aspiran al título de Licenciados en Educación Básica Integral, en la Universidad de los Andes en el Estado Mérida. El propósito fundamental del estudio fue sensibilizar a los docentes sobre la necesidad de conocer y discutir las teorías y enfoques más recientes, que plantean el aprendizaje de la lectura y la escritura como un proceso constructivo, donde el individuo aprende a partir de su interacción con el medio y de sus
experiencias previas.

La autora explica que la experiencia fue satisfactoria, por cuanto, los docentes, discutieron y reflexionaron sobre sus prácticas pedagógicas; confrontaron sus opiniones y acordaron incorporar cambios en su trabajo de aula, considerando al niño como un sujeto activo que construye su propio conocimiento, de manera que el aprendizaje de la Lectura y la escritura se convierta en un proceso agradable para los niños y sus docentes.

Asimismo, Arellano (1993), diseña y ejecuta un estudio en diferentes escuelas ubicadas en algunas ciudades del país, con el objetivo de aplicar una metodología sustentada en la filosofía de la Teoría del Lenguaje Integral, que plantea respetar los conocimientos previos del estudiante. Orientado el aprendizaje de la lectura y escritura bajo un enfoque funcional; es decir, colocar al niño en situaciones de aprendizaje que le orienten a utilizar el lenguaje para interactuar con los demás. El estudio fue definido como longitudinal, de modo que aún quedan interrogantes por resolver. Sin embargo, se afirma que mediante la escritura, los niños expresan su interés por comunicarse y por ello, se preocupan por ajustar sus producciones escritas a las normas formales del lenguaje impreso.

Losada (1993), efectuó un estudio cuyo objetivo fue conocer la manera como los maestros conciben la enseñanza - aprendizaje de la lectura, de acuerdo con su sistema de creencias, conceptos e ideas que poseen del proceso. Para ello, la autora utilizó tres instrumentos de investigación; la observación de la práctica pedagógica de 30 maestras, la aplicación de un cuestionario y una entrevista a cada una de las participantes para determinar la veracidad de la información recabada.

Este estudio efectuado en las ciudades de Mérida y Coro, reveló que las maestras participantes, creen que es necesario desarrollar ciertas habilidades para alcanzar el dominio de la lectura; también consideran que la comprensión de un texto escrito se alcanza, luego de adquirir dichas habilidades.

Heller y Thorogood (1995), presentan a los docentes una propuesta orientada hacia el desarrollo de las destrezas para el logro de un aprendizaje óptimo de la lecto - escritura; razón por la cual, sugieren la ejecución de ejercicios que están encaminados a ampliar las destrezas perceptivas, gramaticales, las capacidades para la comprensión y la comunicación, así como el desarrollo de destrezas metacognitivas. Igualmente, es importante que los docentes estimulen en el niño, procesos que propicien el desarrollo de su cerebro, a través de estrategias que
involucren la creatividad, imaginación y por supuesto, el juego debe ser considerado una actividad predominante en la enseñanza y el aprendizaje de la lecto - escritura.

Las autoras del mencionado estudio, invitan al maestro a reflexionar sobre su función y la oportunidad que tienen de contribuir con el desarrollo de todo el potencial que poseen los niños, en aras de lograr el desarrollo integral de cada uno de ellos.

Graterol y Mejía (1996), efectuaron un estudio con el objetivo de poner en práctica estrategias de aprendizaje, que permitan al niño, producir escrituras espontáneas y asumir la lectura como un proceso creativo y con un significado para éste. Se concluye que niño aprende cuando se le ofrecen experiencias de lectura y escritura, con temas de su interés.

Por otra parte, Ortiz (1996), efectuó un estudio, a partir de los aportes de la psicolingüística, la sociolingüística, con el objetivo de capacitar a los docentes de la primera etapa de Educación Básica, sobre la necesidad de contribuir una didáctica de la lengua escrita, que propicie un ambiente adecuado para el aprendizaje significativo.

Jerez (1996), plantea un estudio sobre experiencias innovadoras de lecto-escritura, con el propósito de promover en el niño interés por estas actividades. Sobre la base de sus inquietudes, establece como propuesta convertir las aulas de clase en talleres permanentes que aborden la enseñanza y el aprendizaje, de manera activa y coherente. La propuesta enfoca al maestro como facilitador de los aprendizajes, motivando al niño a investigar, preguntar y producir textos escritos. Aún no concluye el estudio, se plantea limitaciones y vacíos que debe ser resueltos. Sin embargo,
reitera el autor que lo importante es concebir al niño como un sujeto en constante aprendizaje.

BASES TEÓRICAS

El lenguaje es considerado el medio natural de comunicación entre las personas. Asimismo, se afirma que sus actividades básicas son: hablar, escuchar, leer y escribir; razón por la cual, consolidar estas funciones es necesario para el desarrollo del ser humano.

En relación con la lectura y escritura, han surgido enfoques y teorías para tratar de esclarecer el fenómeno que se sucede en los aprendices, cuando leen y escriben. Analizar el contenido de estos postulados, permiten que los docentes comprendan como aprenden los niños, y en función de esto, puedan facilitar el proceso.

De acuerdo con el propósito de este estudio, es pertinente señalar algunas teorías que analizan cómo aprenden los niños, y en consecuencia, pueden orientar la enseñanza de la lectura y escritura.

Teorías Relacionadas con la Lectura

Lampe (1989), agrupa las teorías según los conceptos relativos a la lectura, de la siguiente manera: (a) Teorías Holísticas, (b) Teorías de sub - destrezas.

Teorías Holísticas

Las teorías Holísticas sostienen que la lectura es un proceso único e indivisible, cuyo fin primordial se basa en comprender lo que se lee; Goodman (citado por Lampe, 1989), afirma que la palabra completa es lo que comunica significado. A partir de esta, se derivan los métodos analíticos, que prescriben la enseñanza de la totalidad a las partes, se conocen como los métodos globales que se fundamentan en que la palabra es la unidad de significado más pequeña.

Teorías de las Sub - Destrezas

Las teorías de las sub - destrezas es basada en la concepción de la lectura como una destreza cognoscitiva, resultado de la integración de otras, que debe dominarse, para lograr una buena lectura. Surgen de este modo, los métodos sintéticos, que van de las partes al todo, denominados métodos fónicos, fundamentados en el conocimiento de sonidos, y letras que permiten decodificar una palabra.

El primer paso consiste en enseñar al niño el sonido que representa cada letra y luego se le debe enseñar a unir estos sonidos en combinaciones que formen palabras. Los partidarios de este método sostienen que la capacidad de decodificar otorga independencia a los lectores principiantes, pues proporcionan las herramientas necesarias para identificar las palabras.

Teoría Psicogenética de Jean Piaget

Piaget afirma que el niño desde su nacimiento, establece a través de los sentidos, contacto permanente con su entorno, de manera que percibe y construye su propia concepción del mundo.

Según Araujo y Chadwick (1988), Piaget sostiene que el desarrollo de la inteligencia es el resultado de una adaptación del sujeto medio, la inteligencia se desarrolla mediante un proceso de maduración. Destaca que este desarrollo se produce por la adaptación y organización. La adaptación es un proceso activo, mediante el cual, los niños adquieren equilibrio entre asimilación y acomodación. La organización se refiere a la estructuración de la información en elementos internos de la inteligencia: esquemas y estructuras.

Se trata de dos actividades: La primera es la adaptación que constituye el equilibrio entre la asimilación de los elementos del ambiente y la acomodación de esos elementos por la modificación de los esquemas mentales ya existentes, como consecuencia del contacto con nuevas experiencias. La segunda actividad está referida a la organización de las experiencias. De allí que, la adaptación y la organización no están separadas, sino que el pensamiento se organiza mediante la adaptación de experiencias y de los estímulos del ambiente, sobre la base de esta organización se forman las estructuras mentales.

Piaget, establece tres estadios de desarrollo cognitivos que se subdividen en sub - estadios:

Primer Estadio: Sensoriomotor, comprende desde el nacimiento hasta los 18 a los 24 meses de vida.

Segundo Estadio: Operaciones Concretas, abarca desde los 2 años a los 11 ó

12 años de edad. Está subdividido en el período del pensamiento preoperacional de 2 a 7 años y el período del pensamiento operacional de 7 a 12 años.

Tercer Estadio: Operaciones formales, comienza aproximadamente entre lo 11 y 12 años y alcanza su desarrollo tres años más tarde.

Para efectos de este estudio se considera importante, caracterizar brevemente el estadio de las operaciones concretas, pues los niños de primer grado se encuentran en esta etapa. Por consiguiente , el docente debe considerar que durante esta etapa , el niño entre 2 y 7 años, inicia las funciones simbólicas, el lenguaje y el pensamiento son egocéntricos, es incapaz de resolver problemas de conservación y su pensamiento se caracteriza por ser irreversible, pues no considera operaciones inversas. Posteriormente, alrededor de los 7 años realiza una serie de procesos cognoscitivos que le ayudan a solucionar problemas y comienza a aparecer la reversibilidad, cuyo indicador es la adquisición del principio de conservación.

De acuerdo con la teoría de Jean Piaget, el niño interactúa con el medio que le rodea y va formulando hipótesis que le ayudan a construir su propio conocimiento; por esta razón, la pertinencia de esta teoría en educación y la necesidad de comprender los estadios de desarrollo cognoscitivo para poder facilitar el aprendizaje de los niños.

En relación con la construcción de la lengua escrita, es relevante mencionar los estudios que realizaron Ferreiro y Teberosky (1989), apoyadas en la teoría Psicogenética de Piaget y que permitió demostrar que los niños construyen hipótesis sobre la lengua escrita, además que, antes de ingresar a la escuela, ya poseen los conocimientos sobre el lenguaje escrito, que el docente no puede desconocer, sino por el contrario, a partir de esas experiencias, diseñar actividades que orienten el proceso de construcción de la lectura y escritura en esta etapa.

Teoría del lenguaje integral

Goodman (1989, 44), afirma que “tanto la escritura y la lectura son procesos dinámicos y constructivos”. Es decir, los lectores construyen el significado de lo impreso a partir de sus experiencias previas. Del mismo modo, el escrito debe tener algo que decir y expresar con claridad.

Bajo esta perspectiva, el autor planeta la importancia de considerar el lenguaje como una alternativa válida para enseñar a los niños a aprender, haciendo uso adecuado del mismo, por cuanto es una totalidad compuesta por sonidos, un sistema y un contexto social determinado.

En este sentido, el lenguaje es integral, y tiene sus bases en una teoría del aprendizaje que según Goodman (1989, 43), admite “el desarrollo del lenguaje es un logro personal social integral”, por cuanto se trata de personas que poseen características individuales y están inmersos en un contexto social que permite interactuar con los demás, de tal manera que, el lenguaje se utiliza para comunicarse.

Asimismo, el lenguaje integral expresa que para aprender, a leer y escribir, es necesario proporcionar a los estudiantes situaciones que le faciliten oportunidades de intercambiar y experimentar el lenguaje, para que puedan utilizarlos con funcionalidad. En consecuencia, se trata de enseñar al niño, de manera global respetando sus diferencias individuales, tomando en cuenta que el aprendizaje es un proceso interno, que se desarrolla de acuerdo con cada individuo.

De todo esto se desprende que el docente es el encargado de orientar el proceso, proporcionar experiencias de aprendizaje significativo, mediante la selección y presentación a los niños de material de lectura que sea agradable y concuerde con los intereses de estos. Se requiere diseñar situaciones donde los niños hablen, escuchen y escriban para satisfacer sus necesidades de comunicación.

La operativización de esta teoría requiere la organización de aulas de enseñanza integral, donde alumnos y docentes participen activamente en ambientes llenos de libros, periódicos, revistas, etiquetas y todo el material impreso posible. De igual forma se sugiere la organización de centros de aprendizaje que incorpore actividades temáticas que faciliten la apropiación del lenguaje en su totalidad.

Teorías sobre aprendizaje significativo

Ausubel (citado por Pozo, 1989) concibe el aprendizaje y enseñanza como continuos que interactúan y que son relativamente independientes. De allí se derivan, distintos de tipos de aprendizajes, entre ellos, el memorístico y el significativo. En relación con el aprendizaje significativo, sostiene que surge cuando el material nuevo puede incorporarse a las estructuras del conocimiento que ya posee el sujeto.

Ahora bien, para que esto ocurra, deben cumplirse tres condiciones: La primera se refiere a que el material a aprender no puede ser arbitrario, sino que debe estar debidamente organizado, ser relevante para el estudiante. La segunda consiste en que debe existir una predisposición para aprender, es decir, la persona debe tener una motivación, un interés por aprender y la tercera condición está determinada por la necesidad de poseer una estructura cognitiva que contenga ideas con las que el alumno pueda relacionar el material nuevo. De manera tal que, el aprendizaje es significativo, cuando la adquisición de nuevos conocimientos se fundamenta en establecer relaciones con experiencias anteriores.

Los aportes de Ausubel constituyen un soporte válido en la enseñanza de la lectura y escritura, porque se considera prioritario conectar las experiencias previas del niño, en relación con el material impreso para lograr una aprendizaje significativo en los niños del primer grado.

El Docente como Mediador

Vygostky concede a la función del maestro vital importancia; cuando plantea que el educador es un mediador. Al respecto, Braslavky (1995), refiere que para este teórico, tanto el estudiante como el maestro participan activamente en la construcción del conocimiento, afirma que el niño aprende en la medida en que el maestro cumple un rol de mediador.

Vigostky, (citado por Pozo, 1989), plantea que el sujeto posee dos niveles de desarrollo, el primero denominado Nivel de Desarrollo Efectivo, referido a todo lo que puede realizar por sí solo, o todo el conocimiento ya internalizado; y el segundo, corresponde al Nivel de Desarrollo Potencial caracterizado por aquello que podría estar en capacidad de efectuar un individuo, con la ayuda de otras personas, o mediadores. Se establece entre ambos una Zona de Desarrollo Potencial que permitiría al sujeto acceder a un mayor aprendizaje, con la orientación de un
mediador.

En función de la teoría de Vigtosky, el docente se constituye en la persona que puede establecer un puente entre el conocimiento y sus estudiantes, de manera que, su función está orientada a proporcionar experiencias de aprendizajes que ayuden a desarrollar el potencial de cada uno de los alumnos.

Comisión Nacional de Lectura

Enríquez y Rodríguez (1997) afirman que, ante la necesidad de establecer y orientar una política nacional de lectura, el Ministerio de Educación, crea por Resolución 37 del 9 de Febrero de 1978, una comisión para formular lineamientos generales que constituyen el marco referencial de unas orientaciones generales destinadas a promover y ejecutar acciones que consoliden la lectura y escritura como herramientas indispensables en el desarrollo personal y social.

Esta comisión se encargó de analizar educativa y establecer una política nacional de lectura, con el objetivo de estimular la lectura la lectura en toda la población. Asimismo, contempló la capacitación del docente para convertirlo en facilitador de las actividades que promuevan la lectura.

El 15 de marzo de 1993, se crea por decreto N° 2.711, la Fundación Comisión Nacional de Lectura cuyo propósito fundamental es dirigir y desarrollar la política nacional de lectura en aras de lograr que la población en general, valore la lectura como herramienta que permite la formación de hombres creadores, participativos y reflexivos.

El trabajo desarrollado por esta institución se apoya en los aportes teóricos que sobre la lectura y la escritura han surgido en los últimos años. Estos enfoques conciben al niño como un sujeto cognoscente que elabora y construye su propio conocimiento.

Sobre la base del análisis y resultados de la comisión, se estableció en cada estado, El Plan Lector de Cajas Viajeras; que es un proyecto destinado a fortalecer en niños, maestros y comunidad, el interés por la lectura, como medio informativo y recreativo. Este proyecto atiende a la primera etapa de Educación Básica y su objetivo general es valorar la lectura como uno de los medios para desarrollar el pensamiento y formación de personas críticas, reflexivas, creadoras y participativas.

Este objetivo se hace posible con la promoción de actividades de lectura y escritura en niños y maestros, así como incorporando a la familia y la comunidad en el aprendizaje de los niños. El proyecto abarca tres áreas de acción que son: Capacitación y Actualización de los Docentes, Acceso en Calidad de Préstamo a Maestros y Niños de Literatura Infantil, a través de las cajas viajeras y la última área está constituida por la Investigación que permite la revisión permanente de los aspectos teórico y operativos del proyecto, con el propósito de mejorar cada día la eficiencia del mismo.

De estos planteamientos teóricos se desprende la necesidad de reconocer la importancia de los procesos cognoscitivos y afectivos en la adquisición de la lectura y escritura. Hoy día, con mayor pertinencia, gracias a los aportes de la psiconeurología que ha contribuido a explicar el funcionamiento del cerebro, aspecto que no puede ser ignorado por los educadores.

En tal sentido, Héller (1995, 58) seña la:

Estos hallazgos... ofrece un nuevo paradigma que nos desafía, como educadores, a desarrollar el pensamiento analítico o crítico, pero además el pensamiento divergente y creativo; líneas de pensamiento que, lejos de ser antagónicos, deben ser estimulados a trabajar en armonía.

En tal sentido, los educadores pueden asumir su rol como mediadores del aprendizaje, en cuanto a diseñar y organizar situaciones de aprendizaje que consideren el contexto social de los estudiantes y la capacidad potencial a desarrollar, en aras de consolidar la formación integral del niño, en concordancia con los postulados de la Escuela Básica.

En consecuencia, la lectura y escritura deben ser abordadas bajo un enfoque funcional que estimule la práctica de actividades orientadas a la adquisición de estos procesos. Heller y Thorogood (1995,19) hacen énfasis en que “saber leer y escribir va mucho más allá de entender y reproducir fonemas y grafemas, va muchos más allá del mundo de las letras; es saber descifrar símbolos e ideogramas que le permiten saber cuándo cruzar la calle...”

En efecto el mundo de hoy, dinámico y cambiante es un reto que los niños asumen desde su más tierna infancia, de manera que la enseñanza de la lengua no puede ser abstraída del contexto.

El presente estudio de caso se fundamenta en los enfoques y teorías planteadas, con la finalidad de analizar y dar consistencia a la investigación a la luz de los aportes teóricos de las últimas décadas y que indudablemente sustentan el marco referencial que orienta el análisis y perspectiva de la lectura y escritura en las aulas de primer grado.

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